Ha pasado más de un mes, o como lo llamamos en el argot de la Federación Española de Fútbol (RFEF), "un ratito de nada", y seguimos esperando el famoso informe final de valoración de las sedes candidatas para el Mundial 2030. Un documento que, como la Atlántida, todo el mundo ha oído hablar de él, pero nadie lo ha visto. Un informe que, en teoría, desglosaría los criterios y las puntuaciones que cada una de las ciudades recibió en esta carrera por acoger el evento más importante del fútbol mundial... Pero claro, una cosa es la teoría y otra, la RFEF.
Sobre cerrado con la palabra Confidencial |
Porque aquí, queridos lectores, hay una historia digna de un
culebrón con tintes de comedia negra, corrupción nivel “se me ha caído un
sobre”, y amiguismos empresariales que harían sonrojar al mismísimo Vito
Corleone. Y es que parece que los motivos por los que este informe no ha salido
a la luz son tan variados y rocambolescos como las explicaciones de un niño
pillado con las manos en el tarro de galletas.
El Informe Fantasma: La Verdadera Historia de las Sedes del Mundial 2030
Para empezar, hay quien dice que el informe se perdió. Sí, así como lo leen. Un día estaba en la mesa de la oficina de la RFEF y al siguiente, ¡puf! desaparecido como un mal pase en un partido de regional. Algunos empleados culpan a los recortes en seguridad y otros a un misterioso maletín negro que pasó de mano en mano por los despachos, pero nadie sabe exactamente qué había dentro. Bueno, nadie excepto el señor Pérez, que después de aquel incidente, apareció con un coche nuevo y unas vacaciones en un resort de lujo en las Maldivas. Pero claro, seguro que fue todo casualidad.
Luego está la versión de que el informe no se publica porque aún no han terminado de "ajustar" las puntuaciones. No porque las sedes no se merezcan una puntuación justa, sino porque en este ajuste están involucrados varios factores muy técnicos, como el nivel de "compromiso amistoso" entre la RFEF y ciertos empresarios locales, las contribuciones a la campaña "Futuro con Futbolistas Felices", y la siempre crucial variable de “¿cuánto me toca a mí?”. Total, que en la suma, las matemáticas se complican y claro, a veces 2+2 no son 4, sino 1 para ti, 1 para mí, y los otros 2 ya se los damos a ver quién los quiere.
Por supuesto, tampoco puede faltar el clásico argumento del "error administrativo". Al parecer, alguien en la RFEF olvidó que el informe no era solo un trámite interno, sino que también había que publicarlo. Con tanto lío de contratos, contratazos y "firmas urgentes" de última hora, un pequeño despiste lo tiene cualquiera. Es más, el pobre becario al que le asignaron la tarea fue ascendido de golpe y porrazo a jefe de algo y, como pasa con todas las cosas urgentes, eso del informe quedó para después. Pero bueno, según fuentes internas, eso sí, el becario ya tiene su plaza asegurada en los viajes de la RFEF a cualquier país exótico que decidan "inspeccionar" de cara a los próximos mundiales.
Y si aún no están convencidos, no podemos olvidar el famoso "cuadrar intereses". Porque, claro, la elección de las sedes debe cumplir con criterios tan específicos como el "proyecto técnico" y la "dotación de las ciudades sedes". Todo muy objetivo, muy científico. Lo que no se dice es que esos criterios también incluyen la amistad del presidente de la RFEF con el dueño de ciertos terrenos, los favores adeudados a políticos locales y, por supuesto, la influencia de ciertos constructores que, casualmente, han patrocinado todas las cenas de gala de la Federación en el último año.
De momento, lo que sí ha salido a la luz es un listado aparentemente definitivo de estadios que formarán parte del libro de candidatura, elegido con "criterios objetivos". Aunque curiosamente, en la lista no figuran estadios de ciudades como Valencia o Vigo, que, según los rumores, no pasaron el filtro de "quien no llora, no mama" o "quien no trae sobres, no juega".
Así que mientras esperamos el informe, nos conformamos con los once elegidos, que son una mezcla de grandes clásicos del fútbol y algunas inclusiones sorpresa. Entre los afortunados se encuentran Anoeta (San Sebastián), el Camp Nou (Barcelona), y el Santiago Bernabéu (Madrid), entre otros. Los mismos de siempre, dirán algunos malpensados, pero, ¿quién somos nosotros para juzgar? Solo somos humildes aficionados al fútbol.
En definitiva, querido lector, lo que nos queda claro es que este informe, de existir, es el Santo Grial de la Federación: codiciado, misterioso y quizás, solo quizás, demasiado comprometedor para salir a la luz. Mientras tanto, sigamos esperando, porque como bien saben en la RFEF, "lo bueno se hace esperar"… aunque con un sobrecito, igual se acelera.
Nota Final
Este artículo es puramente humorístico y satírico. La realidad, en teoría, no podría estar más alejada de esta representación cómica. La intención detrás de esta narración es realizar una crítica al ocultismo de información en procesos que deberían ser completamente transparentes.
Un evento de la magnitud del Mundial de Fútbol 2030 debería regirse por la más absoluta claridad en todos sus procedimientos, especialmente en la selección de sedes. La transparencia no solo es deseable, sino necesaria para garantizar la imparcialidad y la justicia en los resultados.
Al exagerar humorísticamente situaciones de corrupción y favoritismo, este artículo busca resaltar la importancia de la apertura informativa y la rendición de cuentas en procesos de toma de decisiones de gran impacto público. La ausencia de un informe detallado y accesible sobre los criterios de selección de sedes genera, inevitablemente, especulaciones y dudas que podrían evitarse con una gestión más abierta y transparente.
Aunque nos reímos con esta ficción, el mensaje subyacente es serio: la transparencia debe ser el pilar fundamental en la organización de eventos deportivos de escala mundial, asegurando así la confianza del público y la integridad del deporte.
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